CARTA PÚBLICA AL PRESIDENTE GUSTAVO PETRO

La bajeza a la que ha llegado Gustavo Petro Urrego, nos recuerda las épocas de los periodos de gobierno del paramilitar Álvaro Uribe Vélez, los más de 6.000 campesinos asesinados y otros miles secuestrados en las mazmorras del estado, crímenes de guerra, hoy maquillados como falsos positivos a los que Gustavo Petro ha condenado en sus fantásticos discursos del cambio. No me sorprende que su gobierno y el estado criminal y narco paramilitar colombiano se ensañen contra las familias de guerrilleros, no es solo mi caso, es el de muchos guerrilleros. Su odio contra las FARC-EP lo llevará a cometer crímenes de guerra contra el pueblo, líderes sociales que luchan por el socialismo como única alternativa de alcanzar la paz mundial y la paz de Colombia.

Petro, nosotros somos revolucionarios y no nos da miedo plantear el socialismo al que usted le huye por temor a la oligarquía y sus amos. Un gobierno tibio como el suyo le hace mucho daño a Colombia, usted debe definir si es blanco o es negro y si está con dios o con el diablo. Su trasnochado discurso de que nuestra lucha es por narcotráfico tan solo se lo cree usted y su círculo cercano. Los colombianos que padecen la injusticia social no nos miran así. Debe saber que una guerrilla sin apoyo popular y sin causas, es imposible que exista en cualquier parte del mundo. Su argumento es el mismo que utilizan los gringos para invadir nuestra hermana república Bolivariana de Venezuela.

En el gobierno de Uribe me desaparecieron una hermana y no me he rendido. Si usted lo desea acabe con el resto de mi familia. No creo en la justicia colombiana, pero confío en la justicia revolucionaria. Los mártires de otras épocas nos han impulsado a la resistencia Fariana y lo de ahora será un motivo más para luchar por los cambios estructurales del país, que nos permitan libertad y bienestar para todos los colombianos.

No invoco a nadie a la protección de mi familia, será usted Gustavo Petro el responsable de que vivan o mueran, colocándolos como botines de guerra; que poco conoce usted de revolución. Los revolucionarios no luchamos por la familia, luchamos y entregamos la vida por la liberación de los pueblos y en esta lucha se triunfa o se muere. Su despotismo y arrogancia llevará a Colombia a otras décadas de lucha armada por la paz con justicia social.

No ingresé a las FARC para hacer shows mediáticos de paz. Usted pretendió llevarnos a la rendición en la mesa de diálogo, que no fue una mesa de diálogo, hoy es más que claro, que fue una estrategia de guerra a la que nos convocó.

Nuestra bandera política es la paz de Colombia. Le hemos apostado a la solución política al grave conflicto del país y siempre nos hemos encontrado con la interpretación de la clase política y oligárquica de la paz como sinónimo de rendición. Para nosotros la paz es la solución a los problemas sociales, políticos y económicos. Cuando esté dispuesto a que discutamos la paz con justicia social podríamos entendernos y nos sentaríamos a una mesa de diálogo seria, que nos lleve al noble propósito de solución a los grandes y agudos problemas que padece nuestra patria.

A mi familia, a los familiares de líderes sociales, guerrilleros y demás víctimas del terrorismo de estado, solo les puedo enviar mi abrazo solidario y revolucionario. Sé que los hijos e hijas de Manuel Marulanda y Jacobo Arenas los protegerán de la opresión. Yo continuaré luchando sin descanso y siempre fiel al pueblo marginado y desposeído de este país.

Soy admirador de quienes no se rinden, de quienes entienden que por encima de la vida están nuestros pueblos. Recordemos las frases de Julius Fucik: “cuando la lucha es a muerte; el fiel resiste, el indeciso renuncia, el cobarde traiciona, el burgués se desespera y el héroe combate” y del presidente revolucionario, Nicolás Maduro Moro: “no he nacido el día de los cobardes”.

Desde la trinchera de nuestra patria.
Iván Lozada, Comandante en Jefe FARC-EP

FUERZAS ARMADAS REVOLUCIONARIAS DE COLOMBIA EJERCITO DEL PUEBLO
FARC EP

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