Ante la profunda inquietud que generan las recientes amenazas y acciones injerencistas del gobierno de Estados Unidos contra el pueblo y gobierno venezolano, hacemos un llamado claro y categórico a la comunidad internacional para rechazar esta agresión imperialista.
La Revolución Bolivariana, liderada por el presidente Nicolás Maduro, legítimo continuador del legado del eterno comandante Hugo Chávez, enfrenta hoy una nueva embestida. El despliegue de tropas, barcos y armamento por parte de los Estados Unidos no es solo un acto de agresión contra el gobierno venezolano, sino un desafío directo a la dignidad y la libertad de todos los hombres y mujeres que luchan en nuestro continente y en el mundo.
No se engañen, esta no sería una guerra contra las fuerzas militares de Venezuela, sino un ataque frontal a los pueblos libres del mundo, a autonomía, la autodeterminación y a la aspiración de construir un futuro justo y soberano. La locura de Donald Trump y su administración solo los conducirá a una derrota inevitable, similar a la sufrida en Vietnam, al enfrentar no solo a las fuerzas armadas del país vecino, sino a todo el pueblo venezolano y sus milicias, decididos a defender la soberanía y dignidad.
La historia nos ha demostrado que las intervenciones estadounidenses en América Latina y el mundo han traído consigo genocidios, hambre, dictaduras y la perpetuación de un sentido de “libertad” que solo sirve para fortalecer a las corporaciones y el capitalismo. Sabemos que todo proceso revolucionario tiene problemas y deben ser resueltos en un desarrollo dialéctico bajo el trabajo y compromiso de los pueblos en resistencia. Venezuela no es la excepción, debe transitar por caminos de consolidación del proceso revolucionario, de la depuración de la corrupción y abrir su economía del cerco imperial, pero todo esto se debe realizar bajo la autonomía y la autodeterminación, no bajo el yugo de la bota imperial que solo quiere apoderarse de las grandes riquezas del país latinoamericano con la excusa del narcotráfico y la “democracia”.
El actual pretexto de luchar contra los “carteles del narcotráfico” es un discurso falaz. Sabemos que los verdaderos carteles son dirigidos por la DEA y la CIA desde los mismos Estados Unidos, utilizando fachadas empresariales y paraísos fiscales para ocultar su participación. Los señalamientos del presidente Petro sobre la Junta del narcotráfico de Dubái de la cual nos acusa de pertenecer, es un recordatorio de que la complicidad y la hipocresía son la norma en las políticas de intervención gringa, siendo ellos los que dirigen los grandes carteles del narcotráfico a nivel mundial, utilizan esta excusa para atacar a los pueblos soberanos y a los movimientos de resistencia que luchamos contra el imperialismo y el capitalismo a nivel mundial.
Colombia ha sido transformada en una gran base militar gringa, donde más de 14 bases controlan el territorio y favorecen el narcotráfico de los carteles gringos, entre ellas la de Gorgona y Leticia son cruciales para encubrir sus operaciones y propósitos imperiales, usan nuestro país como cabeza de playa contra los hermanos venezolanos y como peones en su juego de dominación.
Desde las FARC EP, reafirmamos nuestro comprometido e inelaudicable apoyo a la autodeterminación de los pueblos y condenamos enérgicamente el terror militarista de los Estados Unidos, que, junto a sus socios sionistas, perpetúa el genocidio y la miseria en el mundo. Sus intereses imperiales y empresas se verán comprometidos y en riesgo sí se lleva a cabo la agresión contra nuestros hermanos venezolanos.
¡Viva la Revolución Bolivariana!
¡Por la defensa de nuestros pueblos y la lucha contra el imperialismo!
¡Libertad y autodeterminación para todos los pueblos!
Desde las montañas y ciudades de Colombia
SECRETARIADO DEL ESTADO MAYOR CENTRAL
FUERZAS ARMADAS REVOLUCIONARIAS DE COLOMBIA EJERCITO DEL PUEBLO
FARC EP